Casi 600 km separan a Marrakech de el desierto del Sahara. Sabiendo esto y con la asesoría de Ahmed, nuestro guía, emprendimos la travesía por el sur de Marruecos para admirar las enormes dunas y uno de los mejores amaneceres del mundo.
Para planear este viaje contacte con Ahmed, del Hotel Ksar Merzouga, ellos tienen ya muy bien organizada una ruta privada para máximo 7 personas. Éramos 5, así que de momento todo iba bien.
No me gusta y de hecho es la primera y única vez que he contratado un tour o viaje organizado, pero considero que en ésta zona es lo mejor que puedes hacer. Las vías no están bien señalizadas y los largos trayectos deshabitados que hay que atravesar, además de el no conocer las normas de tráfico del país pueden hacerte llevar varios disgustos.
Así pues, llegamos en avión a la imponente cuidad de Marrakech, aunque no es la capital, es una de las cuidades más importantes de Marruecos. Allí dormimos la primera noche en un riad (así se llaman los hoteles típicos, característicamente tiene un patio central con una fuente o piscina y el suelo cubierto de mosaicos) dentro de la medina, pero de esta cuidad ya les hablaré en otro post. Al día siguiente nuestro 4x4 nos esperaba muy puntual en la recepción del hotel. Así empezo nuestro viaje.....
Durante los próximos 5 días nos esperaban más de 9h de camino (580km) hasta las tan anheladas dunas de arena.
Día 1: Marrakech - Ait Ben Haddou - Ouarzazate - Valle de Dades
Partimos hacia el Valle del Dades, a pocos kms de Marrakech nos encontramos con las montañas del Atlas (Tizi-n-Tichka), llegamos a subir hasta 2,260 mts sobre el nivel del mar. Allí paramos a tomar un café y justo en frente había una tienda de aceite de argán, el "oro líquido de marruecos", ese fruto tiene una forma muy particular de recogerse, lo hacen las cabras! ellas quitan la primera cáscara pera luego ser molido y extraído el aceite, usado tanto para la cocina como para productos de belleza.
Continuamos hasta Ait Ben Haddou, patrimonio mundial de la UNESCO. Ha sido el telón de fondo para muchas películas como Lawrence de
Arabia, Gladiator y Alexander, visitamos el Kasbah, alcazaba en español, que hace referencia a un tipo de cuidadela fortificada, en su interior esta la medina o centro, antiguamente era la vivienda de gobernantes. El Kasbah es color tierra para camuflarse. Allí almorzamos para luego pasar rápidamente por Ouarzazate (ya lo veríamos a la vuelta) y por el Valle de las Rosas, famosa por su Festival
Anual de las Rosas y por los pueblos Bereberes de El
Kelaa des M'Gouna hasta llegar al Valle del Dades, un hermoso paisaje en medio del Atlas. Se puede ver el profundo desfiladero en el Valle alto del río Dades. Allí pasamos la noche en un hotel tradicional para continuar nuestro viaje al día siguiente.
Día 2: Valle del Dades - Gargantas del Todra - Merzouga
Hoy nuestro destino será el desierto, las dunas de Erg Chebbi, de 32 km de largo y 9 km de ancho. Nos hospedaremos en Merzouga, conocida por las dunas de arena más altas del norte de África.
Tras dejar el Valle del Dades, fuimos descendiendo para entrar en la Garganta de Todra. Es otro de los acantilados del río Dades, pero esta vez lo veíamos desde abajo. Pudimos hacer un trayecto a pie al lado del río. Tomamos algunas fotos mientras admirábamos las altas y áridas paredes de la montaña.
Sobre las 16h llegamos a Merzouga, de lejos ya se alcanzaban a ver las dunas, en medio de el desértico paisaje. Al llegar al hotel e instalarnos, salimos a recorrer un poco el entorno. Saliendo hacia la parte de atrás nos encontramos con uno de los paisajes mas hermosos que he visto, las dunas de arena fina que empezaban desde mi pies hasta perderse en el horizonte, fue mi primera visión de desierto de el Sahara.
Día 3: Merzouga -Erg Chebbi
Al día siguiente por la mañana recorrimos la aldea de Merzouga en el 4x4. Despúes de saltar por las dunas, paramos en donde pudimos ver las marcas de la anterior vida marina brotaban de la tierra. En las piedras se podían ver los de fósiles peces y otros animales marinos de cuando el Sahara era un océano, hace más de 380 millones de años. También paramos en el oasis de Tinjdad y visitamos pequeños pueblos bereberes (Mellab y Touroug).
De regreso al hotel, metimos lo necesario en una mochila (agua, cepillo de dientes, medicamentos) y sobre las 18h, después de experimentar la inigualable sensación de subirte a un dromedario, comenzó la travesía hasta la jaima, donde pasaríamos la noche. Durante aproximadamente 1 hora recorrimos grandes y hermosas dunas de arenas, donde los reflejos del sol daban todas las tonalidades de naranja que contrastaban con el azul intenso del cielo, mientras vigilábamos la destreza con la que el dromedario subía y bajaba por los filos de la arena.
Llegamos a la jaima, que es como se llaman los campamentos bereber en el desierto. Para nuestra sorpresa, estaba dividida en habitaciones que las sepaban grandes tapetes y equipadas con un cómodo colchón doble. Tras admirar la puesta de sol, cenamos el típico couscous que prepararon nuestros guias y compartimos con otra familia, bajo las estrellas.
Día 4: Merzouga - Valle del Draa - Ouarzazate
Un poco antes de las 5 de la mañana nos despertaron para poder ver el impresionante
amanecer del desierto. Poco a poco aparecen los primeros rayos de sol entre la sombra de las dunas, precioso! La luz, la inmensidad y la buena compañía hicieron de este momento inigualable. Volvimos en dromedario al hotel, esta vez íbamos viendo como nos acercábamos nuevamente a la cuidad.
Nos duchamos y ya estábamos listos para emprender el camino de vuelta. Ahora llegaríamos hasta Ouarzazate para pasar la noche. por Alnif, Tazzarine, Nkob, y el fantástico valle del Draa.
Ouarzazate: "la puerta del Desierto" y "El Hollywood" de África
Día 5: Ouarzazate a Marrakech
Después
del desayuno, salimos hacia Marrakech, dejando atrás las espectaculares
montañas del Alto Atlas para terminar así nuestra aventura.
Conocer esta zona fue una experiencia inolvidable, sentirte tan pequeño en medio de la inmensidad del desierto, los paisajes, el calor y la riqueza de un país tan pobre....
No sin antes agradecer a Brahim por ser nuestro guía.
Fue un paseo en el que encontré inspiración en el desierto y aprendí que hay otros caminos universales que nos llevan a las estrellas - gracias familia
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